La desinformación ha escalado hasta convertirse en uno de los riesgos globales más significativos, según la edición 2025 del Informe de Riesgos Globales del Foro Económico Mundial. Este fenómeno, potenciado por los avances tecnológicos y los discursos polarizadores, está dañando la confianza de los ciudadanos en las instituciones y afectando a la cohesión social. A medida que el mundo se fragmenta en ámbitos geopolíticos, sociales y económicos, la propagación de información falsa representa un obstáculo crítico para la estabilidad global.
Riesgos Globales a los que apunta el Informe
El Informe de Riesgos Globales 2025 del Foro Económico Mundial analiza los principales riesgos a nivel mundial en tres marcos temporales: inmediato (2025), corto plazo (hasta 2027) y largo plazo (hasta 2035), basándose en la Encuesta de Percepción de Riesgos Mundiales 2024-2025.
Entre los riesgos inmediatos, los conflictos armados entre Estados lideran el ranking, mientras que a corto plazo destacan la desinformación, los fenómenos meteorológicos extremos, los conflictos armados, la polarización social y la vulnerabilidad del ciberespacio. A largo plazo, los riesgos más severos siguen siendo de índole medioambiental: fenómenos meteorológicos extremos, pérdida de biodiversidad, cambios críticos en los sistemas planetarios y escasez de recursos naturales.
Las fracturas sociales, como la desigualdad, polarización social, migraciones involuntarias y erosión de derechos humanos, también figuran entre los riesgos más preocupantes. La mayoría de los encuestados (52%) prevé un panorama global inestable a corto plazo y un 62% espera tiempos turbulentos a diez años, reflejando un aumento del pesimismo respecto al informe anterior.
La desinformación, riesgo a corto plazo
Según el informe, la desinformación ocupa el primer lugar entre los riesgos globales de mayor importancia a corto plazo, un título que repite por segundo año consecutivo. Este fenómeno no solo afecta la percepción de los ciudadanos sobre temas clave como conflictos armados, cambio climático y elecciones democráticas, sino que también alimenta la polarización social y dificulta la implementación de soluciones colectivas.
Entre los factores claves de la desinformación en la actualidad se encuentra la Inteligencia Artificial Generativa, por su capacidad de producir contenido falso a gran escala con herramientas de IA ha complicado la detección de desinformación.
Además de las redes sociales, como plataformas amplifican la propagación de noticias falsas debido a su arquitectura algorítmica y también los Gobiernos y grupos organizados utilizan la desinformación como herramienta para influir en la opinión pública y desestabilizar rivales políticos.
Riesgos tecnológicos vinculados a la desinformación
La tecnología es tanto un catalizador como una posible solución para la desinformación. Sin embargo, los avances en áreas como la IA también han introducido nuevos riesgos que amplían su alcance.
1. Inteligencia Artificial Generativa y desinformación:
La IA generativa ha transformado la forma en que se crean y distribuyen narrativas falsas. Herramientas como los modelos de lenguaje avanzado permiten generar textos, imágenes y videos ultrarrealistas que son difíciles de identificar como falsos. Esto complica la labor de verificación y permite que la desinformación se viralice rápidamente.
2. Ataques de desinformación en el ciberespacio:
El informe también destaca el aumento de las operaciones de ciberespionaje y guerra cibernética, donde la desinformación juega un papel clave. Estas campañas buscan desestabilizar a gobiernos, influir en elecciones y dañar la confianza en las instituciones democráticas.
3. El auge de «quishing»:
El uso de códigos QR maliciosos para engañar a los usuarios, conocido como «quishing», se ha convertido en una táctica emergente. Estas técnicas suelen combinarse con narrativas de desinformación para explotar vulnerabilidades tecnológicas y humanas.
Medidas para mitigar el riesgo de la desinformación
Para abordar el problema de la desinformación, es esencial una acción coordinada que involucre a gobiernos, empresas tecnológicas, sociedad civil y organismos internacionales. Las siguientes estrategias se destacan en el informe:
1. Fomentar la alfabetización mediática: Enseñar a las personas a identificar noticias falsas y verificar la información es clave para reducir el impacto de la desinformación.
2. Regular el uso de la IA: Establecer marcos legales para controlar el uso de la IA en la generación de contenido es fundamental para evitar abusos.
3. Promover la transparencia en las plataformas digitales: Las redes sociales deben implementar políticas más estrictas para eliminar contenido falso y fomentar la verificación de hechos.
4. Colaboración internacional: La naturaleza transnacional de la desinformación requiere una cooperación global. Los países deben trabajar juntos para crear normativas que aborden este problema de manera efectiva.
INFORME COMPLETO
https://reports.weforum.org/docs/WEF_Global_Risks_Report_2025