Arrancó misión para excavar «el tesoro más valioso de la historia de la humanidad»

La misión para recuperar el tesoro del galeón San José, considerado el más valioso de la historia, acaba de comenzar oficialmente en una localización secreta en las profundidades del mar Caribe. El San José, que naufragó hace más de 300 años, fue descubierto en 2015 por el gobierno colombiano, que ha mantenido su ubicación exacta confidencial para prevenir saqueos.

Según el ex presidente colombiano Juan Manuel Santos, “es el tesoro más valioso que se ha encontrado en la historia de la humanidad», estimado en aproximadamente 18.000 millones de euros en monedas de oro y plata, esmeraldas, piezas de vidrio y porcelana. Es una de las últimas grandes aventuras arqueológicas de todos los tiempos,

La fase inicial de la misión ha comenzado con el uso de sensores remotos y robots submarinos que generarán un inventario sistemático detallado sobre todos los materiales arqueológicos que hay en el lecho marino. Este proceso es crucial para completar los estudios académicos y planificar futuras excavaciones. Según el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), esta tecnología avanzada permitirá una evaluación precisa del sitio sin perturbar el valioso patrimonio cultural.

Foto: Vista del sistema solar desde el cinturón de Kuiper.

El buque ARC Caribe partió de Cartagena el 22 de abril de 2024, y apagó su sistema de identificación automática (AIS) para evitar ser detectado a los cuatro días de su travesía, una maniobra arriesgada dado el concurrido tráfico en la vía marítima donde se encuentra el galeón San José pero necesaria para evitar a piratas y saqueadores..

El ARC Caribe lleva 4 días en el mar. Salió de Cartagena el 22/04/2024 a las 23:50. Fuera de Bocachica apagó su sistema de identificación (AIS) para no ser detectado. Esto es peligroso ya que el galeón San José está en plena vía marítima y puede haber una colisión

Armada de robots y sensores

La armada de robots submarinos y sensores que lleva el ARC Caribe es vital no sólo para catalogar el valor económico del tesoro de metales preciosos sino para preservar el valor arqueológico del pecio.

La armadilla incluye sensores remotos no intrusivos y vehículos operados a distancia (ROV) equipados con tecnologías acústicas de posicionamiento. Estos robots submarinos descenderán a las profundidades para realizar tareas como la toma de imágenes de alta resolución del naufragio y la identificación de objetos valiosos. Las imágenes obtenidas ayudarán a construir un inventario preciso de los descubrimientos arqueológicos que guarda el San José. Esta fase preliminar es fundamental para asegurar que cualquier intervención posterior en el sitio sea respetuosa y mínima, evitando daños al patrimonio cultural del naufragio.

La polémica y la historia del San José

La propiedad del galeón San José ha sido motivo de intensas disputas internacionales. Aunque el naufragio se encontró en aguas colombianas, España sostiene que el galeón pertenecía a su flota y, por ende, les pertenece. La empresa estadounidense Sea Search Armada (SSA) también reclama una parte, argumentando que localizó la zona del naufragio hace 42 años, demandando un 50% de las ganancias. Por su parte, las comunidades indígenas bolivianas han presentado reclamaciones sobre los tesoros, afirmando que pueden haber sido extraídos por sus antepasados.

La historia del galeón San José arranca en 1698, cuando se botó como parte de la Armada Española y su flota para comerciar bienes a través del Atlántico. Con 64 cañones, tres mástiles y tres cubiertas, el galeón participó en la Guerra de Sucesión española de 1701, desencadenada por la muerte sin descendencia de Carlos II, el famoso ‘Hechizado’.

En junio de 1708, mientras estaba anclado en aguas colombianas, el San José fue atacado por una escuadra británica liderada por el comandante Charles Wager. Según un artículo publicado en el Mariner’s Mirror, el galeón español explotó repentinamente durante el ataque, resultando en la muerte de 600 tripulantes y dejando solo 11 supervivientes.

La magnitud del tesoro y la complejidad legal y cultural que rodea su recuperación lo convierten en una de las últimos grandes descubrimientos de todos los tiempos, sólo comparable a hallazgos como el de la tumba de Tutankamon. Esta vez, sin embargo, las autoridades colombianas no quieren sólo saquear la riqueza enterrada en el fondo marino sino recuperar mientras respetan la integridad del naufragio, como señaló el Ministro de Cultura de Colombia, Juan David Correa: «la historia es el tesoro». O, como diría Indiana Jones: “Debería estar en un museo”.

elconfidencial

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