La muerte de dos hombres que fueron acribillados en San Ignacio de Velasco en Santa Cruz, permitió capturar a Lourival Máximo da Fonseca (56), un peligroso líder de una organización criminal que se dedicaba a traficar droga y armas, además del lavado de dinero. Tenía conexiones con otras organizaciones internacionales.
Expertos aseguran que el crimen trasnacional tomó el control de estas zonas fronterizas; mientras que el viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera señala que la Policía tiene “pleno control” del territorio, pero reconoce que existe una disputa por el control territorial.
En Santa Cruz, en menos de un mes, al menos tres personas, dos bolivianos y un brasileño, fueron acribillados, todos tenían vínculos con el narcotráfico y disputa territorial.
El ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, presentó a detalle el informe del operativo, indicando que Da Fonseca a quien llamo “ballena” de la droga, es un capo del narcotráfico, miembro de la Primer Comando Capital (PCC), contaba con varias identidades y está en la lista de hombres más buscado de Brasil. Cuenta con antecedentes desde la década de los años 90.
La Policía informó que los grupos de inteligencia de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) y la fuerza antidrogas investigaron y en los operativos dieron con la captura Máximo da Fonseca quien el pasado viernes fue entregado a la Policía Federal para que cumpla su codena. Junto a él, un ciudadano paraguayo y un europeo también fueron aprehendidos.
“Tenemos pleno control, tenemos actividades que van a permitir detener el sicariato enviados por el narcotráfico que recurre para eliminar rivales, proteger territorios. El Gobierno está coordinando con las unidades policiales y se está trabajando en temas de prevención y el desmantelamiento de organizaciones criminales, actividades que estamos atacando periódicamente”, dijo Aguilera en contacto con Los Tiempos.
¿Descontrol?
Para el criminólogo Cristhian Sánchez, el “establecimiento de esta dinámica criminal, de esta frecuencia de hechos criminales en la frontera de San Matías, San Ignacio y Cáceres, tienen que ver con la no presencia del Estado o la insuficiencia de la presencia del Estado para neutralizar la actividad criminal transnacional”.
Añadió que no “hay una actitud del Estado para afrontar este problema, el Gobierno tiene un control nefasto porque ni la Policía, ni la Aduana, ni Migración logró neutralizar estas organizaciones criminales que operan en las zonas donde el Estado no tiene presencia”.