La Policía de Investigaciones de Chile (PDI) realizó un decomiso de más de 470 000 pastillas de éxtasis proveniente de Países Bajos, por vía marítima. El cargamento era transportado en un buque que tenía dos paradas en Chile: en el puerto de San Antonio y el puerto de Iquique.
antilavadodedinero / diarioamericas
El tráfico de drogas sintéticas como las metanfetaminas (MDMA), fentanilo y éxtasis, incrementa en Latinoamérica con nuevos mercados, rutas y sustancias, que desafían el tradicional predominio de los narcóticos derivados de plantas, indicó un informe de mediados de septiembre de InSight Crime, organización dedicada al estudio del crimen organizado en Latinoamérica y el Caribe.
“Las drogas sintéticas ganan terreno en los últimos tiempos no solo en nuestra región, sino a nivel global. Sin embargo, vale la pena diferenciar entre las metanfetaminas, el éxtasis y el fentanilo”, dijo el 30 de septiembre a Diálogo Carolina Sampó, coordinadora del Centro de Estudios sobre Crimen Organizado Transnacional, de Argentina. “En el caso del [fentanilo], se trata de un opioide sintético (…), que genera altos niveles de adicción y que provoca alta incidencia de muertes por sobredosis en los Estados Unidos y Canadá”.
“El fentanilo es un fenómeno que se da mucho más en los EE. UU, pero sería un llamado de atención que apareciera en el sur del continente”, dijo a Diálogo Eugenio Burzaco, especialista en crimen organizado y ex secretario de Seguridad en Argentina. “La situación sobre el consumo de fentanilo es compleja en los EE. UU. debido a que entre los adictos las tasas de muertes son entre 50 000 a 60 000 por año”.
Las metanfetaminas mexicanas se exportan en grandes cantidades a la región Asia-Pacífico, se agrega fentanilo para hacerlos más potentes en Sudamérica, y los flujos de éxtasis de Europa hacia el Cono Sur aumentan, agregó el informe. Por otro lado, la ketamina se convierte en ingrediente esencial en cócteles de drogas como el tusi o cocaína rosa.
Por su parte, en Colombia y Panamá en los últimos meses se detectó incremento en la comercialización y consumo de tusi, compuesto por cocaína, LSD y MDMA, una combinación de sustancias psicotrópicas que causa efectos alucinógenos por un lado, y sensación de euforia por otro.
Esta droga es consumida por miles de jóvenes y las organizaciones criminales buscan a los adictos en el proceso de compra y venta, a raíz de que el tusi es altamente adictivo, informó el 20 de septiembre el portal de noticias de la radio RCN Colombia.
En septiembre, en la ciudad de Panamá se desmantelaron laboratorios dedicados a la producción de tusi, y la Policía Nacional arrestó a personas de nacionalidad colombiana y mexicana, detalló el diario panameño Telemetro.
Para Burzaco, “hay un avance en Latinoamérica sobre el tráfico de metanfetaminas y éxtasis, y su comercialización a veces reemplaza a las drogas de origen natural como la coca y la marihuana”.
Otra sustancia que pone en alerta a las autoridades es el kratom, planta tropical nativa del sudeste de Asia cuyas hojas contienen compuestos con efectos psicotrópicos. El 8 de septiembre, el Servicio de Aduanas de Chile informó que interceptó 40 kilos de este producto en el aeropuerto internacional de Santiago en dos encomiendas provenientes de Emiratos Árabes.
Tras el hallazgo, la jefa de Fiscalización de la Aduana Metropolitana de Chile María José Rodríguez, afirmó que esta droga es nueva en el mercado ilegal, y alarmó que su uso es altamente nocivo para la salud, y mezclado con otras sustancias es mortal.
InSight Crime, analizó que el tráfico de nuevas sustancias psicotrópicas (NSP) en Latinoamérica aumenta a ritmo acelerado, aunque considera que es aún mayor en Chile, país que, junto a Brasil y Argentina, se sitúan entre los mayores centros de NSP en la región.
Chile detectó más de 60 NSP en diciembre de 2020, el segundo mayor número en toda Latinoamérica después de Brasil, según un informe sobre drogas sintéticas publicado en 2021 por la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito, planteó InSight Crime.
“Las drogas sintéticas parecen haber llegado para quedarse y no necesariamente compiten con las drogas basadas en plantas. Al contrario, el incremento en el consumo de todas las drogas en los últimos años parece demostrar que es difícil pensar en un reemplazo de un tipo de droga por otra, sino que hay que pensar en nuevos usuarios y los que utilizan distintos tipos de drogas en distintos momentos de sus vidas”, finalizó Sampó.