La sentencia de prisión dictada a principios de diciembre al líder del Clan Castedo, una de las principales organizaciones de tráfico de cocaína de Argentina, ha confirmado las amplias conexiones del grupo con las autoridades y cómo llegaron a dominar el comercio de drogas con Bolivia.
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El pasado 7 de diciembre de 2022, después de un largo juicio, el Tribunal Oral Federal N°1 de la provincia de Salta, ubicada en el noroeste de Argentina, condenó a Delfín Castedo a 16 años de cárcel por dirigir una asociación ilícita dedicada al narcotráfico y al lavado de activos.
Durante 17 años, entre 1999 y julio de 2016, Delfín Castedo dirigió el clan en Salta, que comparte frontera con Bolivia, y transportó alrededor de cuatro toneladas de cocaína desde Bolivia hacia Europa, a través de las ciudades argentinas de Rosario y Buenos Aires, cada mes, según un informe del medio argentino La Nación.
Además de su sentencia, los tribunales confiscaron la finca de 19.954 hectáreas de Castedo, «El Aybal», ubicada en la frontera con Bolivia en la provincia de Salta.
Otras seis personas fueron condenadas a penas de tres a nueve años de prisión por actividades ilegales vinculadas al Clan Castedo, entre ellas la exesposa de Delfín, Melba Carmen Araujo, y Raúl Castedo, hermano de Delfín, que los tribunales consideraban responsable de la adquisición de cocaína en la ciudad boliviana de Santa Cruz de la Sierra.
El fiscal Carlos Amad dijo a la corte que bajo el liderazgo de Castedo, el Clan había sido uno de los pocos grupos criminales argentinos que tenía la capacidad de traficar toneladas de cocaína de Bolivia a Europa, transitando por Argentina.
En 2015, el propio Castedo estaba vinculado a operadores aún más grandes, como Carlos Salvatore, el abogado y figura central en el juicio «Carbón Blanco» de 2015, uno de los casos de narcotráfico más grandes de Argentina.
Análisis de InSight Crime
La condena de Delfín Castedo ha revelado el alcance de las conexiones de su clan familiar con los representantes corruptos del estado en Salta. Pero la caída de su líder ha hecho poco para frenar el narcotráfico en Argentina.
La red de corrupción del Clan Castedo en Salta incluyó a las fuerzas de seguridad y a actores del sistema de justicia provincial y federal. Jueces como Raúl Reynoso informaron a Castedo de cada orden de escuchas telefónicas en su contra, mientras que el excongresista Ernesto Aparicio era dueño de una granja que respaldaba tierras agrícolas bolivianas propiedad de la hermana de Castedo, que usaba el Clan para mover drogas, dijo la Fiscalía General.
Este uso de la tierra, incluyendo la finca El Aybal, fue central para el dominio estratégico del Clan Castedo en la frontera entre Salta y Bolivia, señalaron informes oficiales, proporcionándoles la capacidad de mover grandes cantidades de cocaína de Bolivia a Argentina con casi total impunidad.
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La frontera entre Bolivia y Salta ha sido una de las más importantes para la entrada de la cocaína producida en Santa Cruz de La Sierra a la Argentina. Desde Salta, la droga viaja por la ruta 34 hasta las ciudades portuarias, como Rosario y Buenos Aires, antes de ser transportada a Europa.
Lastimosamente, el panorama actual no cambia mucho con esta condena. Aunque a menor escala, en Salta siguen los decomisos de droga y las investigaciones de grupos criminales le aseguró a InSight Crime Carlos Amad. En 2019, InSight Crime informó que el Clan Castedo continuó operando. Pero el poder del clan ha disminuido con el tiempo, confirmó Amad.
Aunque en la actualidad no haya una nueva organización que ostente el nivel de poder que tuvo en su momento el Clan Castedo en la frontera, pequeños grupos criminales han establecido sus rutas de transporte y acopio de la droga en la frontera. Además, algunas rutas, como la hidrovía del río Paraná, han cobrado relevancia a medida que la vigilancia sobre Salta aumenta.
Mientras tanto, los envíos de cocaína desde Rosario han continuado a buen ritmo. En agosto de 2022, unos 1.600 kilos de cocaína fueron incautados en la ciudad, supuestamente de camino a Dubái. Un año antes, Rosario jugó un papel integral en el cargamento de cocaína más grande de Europa, cuando se incautaron 23 toneladas.