El lavado de dinero es un delito que trasciende fronteras pero que, por fortuna, en países de Centroamérica y el Caribe se ha trabajado para buscar enfrentar con acciones en materia de regulación, prevención y detección que han alcanzado avances significativos.
De acuerdo con Zoltán Rodas, Gerente Senior de Servicios Forenses y de Integridad de EY, los países centroamericanos han trabajado para alinear sus leyes y regulaciones con los estándares internacionales establecidos por el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), y esto incluye la implementación de medidas de debida diligencia, reportes de operaciones sospechosas y regulaciones sobre financiamiento del terrorismo.
Agregó Rodas que varios países han establecido Unidades de Inteligencia Financiera (UIF) o entidades similares encargadas de recibir, analizar y difundir información sobre transacciones financieras sospechosas a las autoridades competentes, esto ha mejorado la cooperación entre agencias y la detección de actividades ilícitas.
También mencionó que los países han extendido sus regulaciones más allá del sector financiero, abarcando sectores vulnerables como bienes raíces, casinos, profesionales no financieros, entre otros, por lo que esto ayuda a prevenir el uso indebido de estos sectores para el lavado de activos.
Por otro lado, se han llevado a cabo programas de capacitación y concienciación dirigidos a profesionales financieros, empleados de instituciones financieras y otros actores relevantes, lo que fomenta una comprensión sólida de los riesgos y la importancia de la prevención.
Y la implementación de tecnologías más avanzadas para la supervisión y monitoreo de transacciones financieras ha mejorado la capacidad de detección de transacciones sospechosas, además, existe un aumento en la cooperación entre países y entidades internacionales en la lucha contra el lavado de dinero.
Finalmente varios países han revisado y fortalecido las sanciones y penas para los delitos relacionados con el lavado de dinero y activos, logrando disuadir a los posibles infractores y fortalece el sistema de justicia.
Dentro de los mayores desafíos que enfrentan los países de la región al implementar y cumplir eficazmente las medidas de prevención se encuentran: los sectores informales y no regulados, cooperación internacional, conocimiento limitado y falta de recursos y capacidades.
Con respecto a la evolución tecnológica, el especialista comentó que ha tenido un impacto significativo en las estrategias de lavado de dinero, aunque los avances tecnológicos han brindado a los delincuentes nuevas herramientas y oportunidades para llevar a cabo actividades de lavado de dinero de manera más sofisticada y encubierta, los países han reconocido la necesidad de adaptarse a estos nuevos desafíos.
“Estos avances son un testimonio del compromiso de la región para prevenir y combatir el lavado de dinero y activos. Sin embargo, también persisten desafíos, como la falta de recursos y capacidades, la cooperación internacional, y la adaptación a las nuevas tecnologías”, concluyó el especialista.