¿Cómo pisotean los derechos de las mujeres en los países islamistas?

Lo más irónico de la evolución de las discriminaciones contra la mujer en el mundo real del islam es que, cuando este surgió, proponía una serie casi revolucionaria de cambios en las tradiciones atávicas de las tribus árabes politeístas.

antilavadodedinero / elpais

Entre las novedades de la nueva religión, la prohibición de matar a las niñas cuando los padres esperaban un bebé varón («Cuando se les pregunte a las niñas que fueron enterradas vivas por qué pecado las mataron… sabrá cada alma el resultado de sus obras», Corán 81, 8-9).

El abrupto final del periodo de interpretación libre del Corán, entre los siglos X y XI, supuso el comienzo de una visión de la Sharía, la ley islámica, que solo parece aspirar a una reproducción lo más exacta posible de la atmósfera que rodeó la vida del profeta Mahoma y de sus primeros sucesores.

Ese clima, que constituye una visión utópica, moldea la mentalidad de políticos y juristas de los países del islam que han adoptado una visión más radical de la Sharía, entre los que hoy destacan Afganistán, Irán y Arabia Saudí, y en menor medida otros países de su entorno.

Por lo general los países de mayoría musulmana del África negra y de Asia son más tolerantes y moderados, aunque algunos, como Indonesia, están conociendo una tendencia involucionista.

En materia de derechos de la mujer, el mundo de la Sharía plantea al menos once discriminaciones si se confronta su modelo social con el del Occidente cristiano:

Segregación. Velo y enseñanza

La prohibición de estudios para las niñas, en el marco del papel social minimalista que los teólogos radicales adjudican a la mujer, es un exceso de celo por parte del movimiento talibán. Más problemática y sutil es, en cambio, la obligatoriedad del uso del velo. Mientras muchos países del islam moderado dejan que la decisión sea tomada por la mujer, otros la imponen, ya desde la adolescencia, y fomentan el uso del velo integral, que plantea otros problemas además de los del libre albedrío.

Matrimonio. Machismo sin tapujos

En las leyes relacionadas con el matrimonio, la Sharía ha desarrollado un modelo que -en su formato más radical- se encuentra en las antípodas del vigente en el resto del mundo.

Aquí pueden encontrarse al menos hasta siete discriminaciones contra la mujer. El islam permite la poligamia con hasta cuatro mujeres (Mahoma tuvo once esposas legales), y se limita a pedir que todas sean tratadas por igual. La mujer musulmana no puede, en cambio, tener más que un solo marido. El esposo no tiene necesariamente que informar a su primera esposa de que tomará una segunda.

Además, el varón musulmán puede repudiar a su mujer si lo hace formalmente en presencia de dos testigos varones. El divorcio para el hombre es mucho más fácil que para la mujer, incluso sin necesidad de pasar por un tribunal civil. La tutela de los hijos, en ese caso, corresponde siempre al varón.

Esta situación de autoridad y predominio en la familia explica el porqué de otra discriminación: el musulmán puede casarse con una no musulmana, porque tiene asegurada la educación de los hijos en la fe islámica, mientras que una musulmana no puede casarse con un no musulmán.

Según la Sharía, el contrato matrimonial no lo firma la mujer sino su tutor masculino. Más seria aún es la condición que algunos países con un islam más radical someten a las esposas: el marido tiene un derecho ilimitado de corrección, y puede restringir el derecho de la mujer a salir de casa.

Ley penal. Cosas de mujeres

El testimonio de un hombre ante el juez equivale al de dos mujeres. En Pakistán se llegó dar el caso sangrante de una mujer que denunció una violación, pero no pudo presentar testigos, y se expuso a ser incriminada por mantener «relaciones adúlteras».

La Sharía prevé la pena de muerte por lapidación para las adúlteras. En teoría puede aplicarse también a los adúlteros, pero no se conoce ningún caso.

Ley civil. Prohibido circular

En materia de herencia, la ley islámica establece que la mujer reciba la mitad de lo que corresponde al varón. Algunos países restringen otros derechos civiles, como el del voto en caso de que tengan establecido este sistema de elección para los cargos públicos, y por supuesto la ausencia de mujeres en estos. En los países que cuentan con un modelo de islam radical se restringe incluso la libre circulación de las mujeres, si no van acompañadas de su tutor legal o de otras mujeres.

Hasta hace poco tiempo, Arabia Saudí prohibía que las mujeres condujeran un vehículo, pese a que algunos juristas alegaban que las esposas de Mahoma iban a lomo de sus camellos; el rígido clero wahabí saudí temía en cambio la situación embarazosa que podría producir que una conductora tuviera que pedir auxilio a un varón en caso de avería.

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