La policía italiana ha detenido a seis personas en una operación contra una red que presuntamente hacía de intermediaria para el tráfico de fentanilo desde China a Estados Unidos, informaron la policía fiscal de Italia y la fiscalía de la ciudad septentrional de Piacenza.
«Ha sido un trabajo realmente bueno, logrado gracias a la cooperación directa con los investigadores de la Agencia Antidroga de Estados Unidos (DEA, por su sigla en inglés)», dijo a Reuters la fiscal jefe de Piacenza, Grazia Pradella, quien detalló que la policía estadounidense detuvo a otras 11 personas e incautó dos kilos de la droga sintética.
Washington espera obtener una mayor cooperación de Pekín en la lucha contra la producción del potente opioide sintético fentanilo, una lacra en el país norteamericano, cuando el presidente Joe Biden se reúna el miércoles con su homólogo chino Xi Jinping.
La tasa de muertes por sobredosis de drogas relacionadas con el fentanilo se triplicó con creces entre 2016 y 2021 en Estados Unidos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés).
Entre los detenidos en Italia se encuentra el presunto cabecilla de la red, un italiano de 51 años sospechoso de comprar fentanilo a China en los últimos tres años. Lo vendía a compradores de Estados Unidos y, en un caso, de México, según la fiscal jefe.
La investigación comenzó en abril a raíz de un informe enviado por el oficial de enlace de la DEA en la Embajada de Estados Unidos en Roma, informó la Guardia di Finanza (policía financiera) en un comunicado, en el que añadía que el fentanilo llegó a Piacenza dentro de paquetes enviados desde China y etiquetados como si contuvieran aparatos electrónicos o libros.
La policía explicó que pudo rastrear 100.000 dosis empaquetadas y que las transacciones económicas relacionadas por valor de más de 250.000 euros (275.000 dólares) tuvieron lugar a través de instrumentos de pago imposibles de rastrear, utilizando criptodivisas.
La policía italiana descubrió también que el grupo había acuñado monedas suizas falsas casi perfectas y las había introducido de contrabando en Suiza, donde las blanqueaban a través de máquinas automáticas de apuestas deportivas y cajeros automáticos de bitcoin.
La conversión de los bitcoins en euros se confiaba después a personas de Europa del Este que devolvían la suma «limpiada» menos el 7% de comisión al falsificador de Piacenza.
La policía informó que había incautado 300.000 euros en efectivo, unos 26.000 euros en bitcoin, 70 dispositivos informáticos y tres relojes de gran valor, así como de una propiedad y el equipo para la falsificación de moneda.