Detalles del atentado contra el vicepresidente de Afganistán

Afganistán sigue sacudido por una ola de violencia. Esta vez el objetivo era el vicepresidente del país, Amrullah Saleh. Cuando el político se dirigía a su oficina en Kabul dos explosiones sacudieron su comitiva de vehículos. Saleh resultó ileso, pero al menos diez personas fallecieron y más de una docena resultaron heridas.

Antilavadodedinero / France24

La plaza Taimani Sabiqa, lugar del atentado, es una zona muy comercial y estrecha y eso ha provocado que el número de víctimas haya aumentado. Los fallecidos son mayoritariamente comerciantes que se vieron sorprendidos por la gran explosión. Entre los heridos también hay varios guardaespaldas del vicepresidente.

Saleh apareció en un comunicado de prensa horas después para certificar que había salido prácticamente ileso del atentado. En el comunicado se le vio con algunas heridas y vendajes y atribuyó el ataque al “enemigo de Afganistán”, sin especificar quien había sido exactamente.

«Muchos de nuestros compatriotas sufrieron bajas y pérdidas económicas, es una calle estrecha. No sé la magnitud exacta de las pérdidas, pero pido disculpas a todos los que resultaron heridos o sufrieron pérdidas económicas en la zona debido al ataque», lamentó.

Un vecino de la zona examina los daños provocados por las explosiones contra el vicepresidente afgano, en Kabul, Afganistán, el 9 de septiembre de 2020.
Un vecino de la zona examina los daños provocados por las explosiones contra el vicepresidente afgano, en Kabul, Afganistán, el 9 de septiembre de 2020. © Mohammad Ismail / Reuters

Muchos de los comercios afectados se dedicaban a vender neumáticos y líquidos inflamables, lo que avivó el fuego tras la deflagración y destruyó prácticamente de forma total más de 10 establecimientos. No se descartan que los daños personales aumenten en las próximas horas.

Sin reivindicación del ataque

En las horas siguientes, ninguno de los grupos insurgentes que operan en Afganistán reivindicaron el acto, aunque el grupo talibán si rechazó el ataque y aseguró que sus miembros no lo habían cometido, lo que hace presuponer que podría ser obra del Estado Islámico.

Afganistán está envuelta en una ola de violencia a tres bandas entre los talibanes, el Estado Islámico y el propio Gobierno. El Ejecutivo y los talibanes han intentado darse varias treguas y acercamientos para entablar unos diálogos que acerquen a Afganistán a una paz que se lleva buscando desde hace casi 20 años, pero de momento no se han logrado avances significativos.

El problema reside en que, aparte del enfrentamiento entre Gobierno y el talibán, el Estado Islámico está protagonizando ataques constantes contra ambos lados, ya que tiene declarada la guerra a los talibanes también. Con ellos no hay ningún tipo de diálogo, debido a su radicalidad extrema.

El ataque, en la víspera de negociaciones de paz en Qatar

Washington ha estado aumentando la presión en ambos lados para poner en marcha las conversaciones. El enviado de paz de Estados Unidos, Zalmay Khalilzad, se encuentra en Qatar, donde los talibanes mantienen una oficina política, tratando de iniciar las negociaciones.

La destrucción de los comercios de la zona del atentado fue casi total. En Kabul, Afganistán, el 9 de septiembre de 2020.
La destrucción de los comercios de la zona del atentado fue casi total. En Kabul, Afganistán, el 9 de septiembre de 2020. © Mohammad Ismail / Reuters

Las negociaciones, conocidas como conversaciones intraafganas, fueron previstas como parte de un acuerdo de paz que Estados Unidos firmó con los talibanes en Qatar en febrero para poner fin a la guerra más larga de Estados Unidos. En ese momento, las conversaciones se consideraron la mejor oportunidad de paz para Afganistán después de décadas de conflicto.

El equipo de negociaciones de paz de Kabul está esperando en la capital afgana para viajar a la capital de Qatar, Doha, para las conversaciones, pero las demoras han sido implacables. En los últimos días, Washington, funcionarios de Kabul y los talibanes han indicado que podrían ponerse en marcha de manera inminente.

El acuerdo entre Estados Unidos y los talibanes permite la salida de los soldados estadounidenses de Afganistán. Sin embargo, la retirada de las tropas estadounidenses, que ya ha comenzado, no depende del éxito de las conversaciones entre los afganos, sino más bien de los compromisos de los talibanes de luchar contra otros grupos militantes, como el grupo Estado Islámico, y de evitar que Afganistán sea un escenario de ataques contra Estados Unidos y sus aliados.

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