Jean Luc Aschbacher fue arrestado por la Policía Nacional en 2008 pero, a pesar de los indicios de que se trataba de un pederasta, solo fue condenado a diez meses de multa por distribución de pornografía infantil. En 2022 ha sido condenado a 240 años de cárcel por explotar sexualmente a decenas de adolescentes.
Antilavadodedinero / Elperiodico
Jean Luc Aschbacher, el líder de la mayor red de pornografía infantil que se ha desarticulado en España, fue arrestado en 2015 en Tortosa por los Mossos d’Esquadra y este pasado mes de agosto ha sido finalmente condenado por la Audiencia de Tarragona a 240 años de cárcel.
La célula que lideraba Aschbacher grabó, entre 2011 y 2015, más de un millón de imágenes de niños abusados sexualmente. El trabajo conjunto de la fiscal Ana Farrero, la DGAIA y la Unitat Central de Delictes Informàtics logró identificar a 103 menores españoles y marroquís explotados por esta trama. Nadie duda de que en realidad fueron más.
Una investigación de EL PERIÓDICO revela ahora que Aschbacher estuvo a punto de ser desenmascarado por la Policía Nacional en 2008. Fue la gran oportunidad perdida, que hubiera evitado decenas de víctimas.
Productora infernal
Jean Luc Aschbacher (Selestat, Francia, 1955), un ciudadano discreto y afable que residía en la calle de Tapioles, en el Poble-sec de Barcelona, dio un giro en 2001 a su empresa Productos Aschom SL. Hasta entonces la productora, ubicada dentro de su domicilio, había hecho películas eróticas para un público gay pero la eclosión de internet provocó que el porno convencional dejara de dar dinero.
Ese año Aschbacher y su socio Christian Arson, que ya eran pederastas, usaron la infraestructura para rodar pornografía infantil.
La productora creció estrechando las colaboraciones con otros pederastas españoles –José Cardona Serrat, Fernando Aguilera Garrido, Miguel Avilés Fernández y Martín Rafael Chanza Almudéver– y viajando por países en vías de desarrollo aprovechándose de la pobreza de menores que accedían a cuanto pidieran por un puñado de euros.
Constan grabaciones hechas en zonas de extrarradio de Sri Lanka, Tailandia, Laos, Camboya, Túnez, Singapur, Bali, Java, Turquía, República Checa, Kenia o Francia. Pero el grueso de sus producciones las llevaron a cabo captando a menores en situación de desarraigo, muchos de ellos de raza árabe, entre los que se encontraba Youness en Naciry, que comenzó siendo una víctima y terminó siendo victimario, trabajando para Aschbacher y Arson, atrayendo a otros menores hasta sus garras.
2008, la gran oportunidad perdida
«Veíamos que entraban y salían constantemente chicos muy jóvenes de aquel piso» recuerda uno de los pocos inquilinos que coincidieron con Aschbacher y siguen residiendo en la finca de Tapioles. «Pero yo no sabía si eran o no menores de edad», añade a continuación.
De lo que no había ninguna duda era acerca de lo que hacían dentro del piso de Aschbacher. «En esta escalera vivían varios matrimonios muy mayores y estaban escandalizados porque desde las ventanas interiores a veces lo habían visto manteniendo relaciones sexuales con ellos», aclara.
En 2006, uno de aquellos vecinos denunció a Aschbacher a la Policía Nacional. Lo hizo contando una historia extraña. Según el atestado que redactó la Unidad de Investigación Tecnológica, este vecino declaró que Aschbacher le había entregado en 2005 una caja llena de películas pornográficas y le había pedido que las guardara porque durante un tiempo iba a acoger a familiares a quienes deseaba ocultar ese material.
Cumplido ese encargo, el vecino devolvió la caja a Aschbacher. Pero meses después, en el lugar en el que había estado la caja, el vecino afirmó haber hallado algunos discos que optó por reproducir al no tener claro de dónde procedían. Era pornografía infantil. El denunciante, además de su declaración, aportó a la Policía Nacional esas películas.
La Policía Nacional arrancó una investigación contra Aschbacher en 2006 y averiguó que el sospechoso tenía un apartado de correos. Por motivos que no ha aclarado este diario, dado que el cuerpo estatal ha declinado participar en este reportaje, Aschbacher no fue arrestado hasta julio de 2008.
Los agentes lo sorprendieron recogiendo una entrega en ese apartado de correos. «Pero el contenido de aquellas películas resultó ser porno gay para adultos», explica el abogado Diego González Blesa, que lo defendió desde el turno de oficio. Aschbacher fue interrogado en la comisaría de la Via Laietana pero negó que las imágenes que le mostró la Policía Nacional, las que había entregado su vecino, fueran de su propiedad.
Al día siguiente, la Policía Nacional irrumpió en la sede de Productos Aschom SL de la calle de Tapioles, que también era el domicilio de Aschbacher, con una orden judicial que se limitaba al espacio de la productora. «Estaban convencidos de que ya lo tenían pero en aquella entrada solo hallaron, de nuevo, películas de pornografía para adultos», explica el letrado.
«Al final, el investigador a cargo de aquel registro, le pidió a Aschbacher permiso para consultar su ordenador personal. Aschbacher podía haberse negado pero, creyendo que no encontrarían nada porque ya lo había borrado todo, dio su consentimiento», subraya.
La Policía Nacional rebuscó en los discos del ordenador personal y logró descubrir el rastro de archivos que había borrado. Eran archivos de nomenclatura pedófila que había compartido por el desaparecido Emule.
Condena y huida
Aschbacher, a pesar de la denuncia que aportaba películas de pornografía infantil, de los testimonios de vecinos como los recabados por EL PERIÓDICO que sostienen 15 años después que las idas y venidas de jóvenes eran constantes en la escalera o de los archivos que pudo rescatar la Policía Nacional de su ordenador personal, fue únicamente condenado en 2010 por el Juzgado penal número 11 de Barcelona a diez meses de multa por un delito de distribución de pornografía infantil.
Los vecinos del inmueble recuerdan también que, más o menos por entonces, alguien entró en casa de Aschbacher, lo amordazó y ató con cinta americana a una silla y lo lanzó por la ventana. De aquel ‘accidente’ que no consta a los Mossos, Aschbacher arrastra una ligera cojera.
En 2011 Aschbacher, condenado y lesionado, abandonó su domicilio de Poble-sec y se instaló junto a su ‘socio’ Christian Arson en Tortosa. En este municipio siguió haciendo lo mismo que en Barcelona: captar a menores vulnerables y aprovecharse de su desarraigo para violarlos delante de las cámaras. Hasta que fue arrestado en 2015 por los Mossos tras un aviso de la actual directora general de la DGAIA.
En total, entre las pesquisas de la Policía Nacional en 2008 y la detención de los Mossos, que tras desplegarse por Catalunya nunca supieron nada de Aschbacher, el pederasta lideró la red de explotación durante siete años más sin entrar jamás en el radar de las autoridades.
En la sentencia de la Audiencia de Tarragona contra Aschbacher y Arson se recogen los testimonios de algunos niños corrompidos. Muchos de ellos fueron manipulados, humillados, violados y grabados por Aschbacher después de 2008.