Exxon Mobil en Territorio Disputado: Una Afrenta que No Quedará Impune

Por: Alejandro Rebolledo

En el complejo escenario de las concesiones petroleras en territorio disputado, Venezuela está llamada a demostrar determinación y llevar a cabo acciones legales decididas. Esta no es solo una cuestión de soberanía, sino un llamado urgente a la protección de nuestros derechos fundamentales como nación.

Frente a la amenaza que representan las concesiones de Guyana a Exxon Mobil, la respuesta de Venezuela debe ser inequívoca. No somos meros espectadores de nuestras fronteras; somos guardianes de nuestra identidad y propietarios de un legado que trasciende el tiempo. La firmeza de nuestra respuesta marcará el rumbo de nuestra soberanía.

La rendición de cuentas se vuelve un imperativo ineludible en este contexto. No se trata solo de números en un informe, sino de la defensa férrea de lo que es inherentemente nuestro. Cada barril extraído por Exxon Mobil en ese territorio disputado es una deuda que la historia nos demanda saldar a favor de Venezuela.

Bajo la firmeza de nuestra soberanía, se destaca la importancia de la coherencia en la respuesta. No estamos ante un escenario para vacilaciones ni titubeos. La defensa de Venezuela exige una firmeza estratégica, donde cada paso legal sea un avance significativo en la protección de nuestros intereses.

La contundencia de nuestras acciones legales se reflejará en la exigencia de responsabilidades, especialmente contra aquellos que autorizaron estas concesiones. Incluido el presidente de Guyana, quienes permitieron la vulneración de nuestros derechos soberanos. La rendición de cuentas será la base sobre la cual construiremos nuestra defensa.

El saldo de esta contienda no se mide solo en términos jurídicos, sino en la preservación de nuestra identidad y en la garantía de un futuro donde nuestra soberanía no sea objeto de negociación. Cada venezolano debe comprender que el precio de la inacción es la pérdida de lo que nos define como nación.

Cada barril extraído por Exxon Mobil en ese territorio disputado debe ser visto como una afrenta que no quedará impune. Además, es imperativo que, en una demostración de unidad, fortaleza y patriotismo venezolano, se participe en el referéndum del 3 de diciembre. Votar es un acto de compromiso con la defensa de nuestra soberanía y una afirmación de la unidad que nos hace invencibles como nación. Cada voto es un paso hacia un futuro donde nuestra identidad y recursos estén resguardados.

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