El narcotráfico se expande y aumenta su poder en la Amazonía de forma silenciosa, apoyado en el vacío estatal, la porosidad de las fronteras y la violencia. Cómo combatir su emporio delictivo será uno de los ejes centrales de la Cumbre Amazónica que se celebra en la ciudad brasileña de Belém do Pará.
La mayor selva tropical del planeta se ha convertido en una “región estratégica” para el tránsito de drogas desde los países productores -como Colombia, Perú y Bolivia- hacia los consumidores, entre los que se encuentra el propio Brasil.
Según datos del Fórum Brasileño de Seguridad Pública, alrededor del 40% de la cocaína que se trafica en el país suramericano pasa por la Amazonía, donde la presencia de bandas criminales para controlar las rutas viene creciendo en la última década.
El asunto preocupa y mucho a los ocho países amazónicos, que se reunirán en la ciudad de Belém, capital del estado de Pará, para discutir el futuro del bioma, y uno de los temas que se abordará en la declaración final es el crimen organizado, según fuentes oficiales.
Las nuevas amenazas, especialmente las relacionadas con la delincuencia organizada, están muy presentes y son aterradoras. Tenemos que abordar esta cuestión juntos”, dijo el secretario del Clima, Energía y Medioambiente de la Cancillería de Brasil, André Corrêa do Lago, en una rueda de prensa previa a la cumbre.