Se calcula que unas 2.000 toneladas de marihuana entran a Europa cada año desde el país vecino por el estrecho de Gibraltar y España. ¿Qué ha hecho el gobierno marroquí al respecto?
No es un secreto que en diferentes regiones de Marruecos, sobre todo en el norte, la producción de marihuana conforma una parte importante de la economía local. Miles de campesinos dependen de los cultivos y la elaboración del hachís (producto que resulta de la resina o polen del cannabis) para dar sustento a sus familias.
Según diversos informes de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), a pesar de los intentos por mitigarlo, Se estima que cerca de 40.000 toneladas de resina de cannabis de entre 47.000 hectáreas se destinan a los negocios ilícitos.
Cabe resaltar que, aunque el comercio de dicha droga es ilegal en el país africano, el Gobierno de Rabat legalizó el uso medicinal en el con la Ley 13/21 (2021). Además, durante los últimos años se han emitido permisos para que agricultores puedan cultivar de manera legal el cannabis con fines medicinales.
Si bien, al día de hoy existen cultivos lícitos, los verdaderos villanos detrás del hachís en Europa son los grupos de delincuencia organizada especializados en los recursos logísticos necesarios para su comercio. En el transcurso de los años estos se han mostrado reticentes frente a los intentos del gobierno marroquí para reducir los cultivos sin permisos y, de la misma manera, luchar contra el narcotráfico.
¿Existen políticas gubernamentales?
Inherente al comercio de marihuana o hachís están la corrupción de ciertas estructuras gubernamentales, el blanqueo de capitales y la narco cultura que genera una compenetración social con los locales. Es decir, que aunque la política de Marruecos ha seguido una línea de contención a través de los años, el gobierno ha tolerado tácitamente la producción en ciertas áreas como la región del norte del Riff .
No obstante, con la aprobación de la ya mencionada Ley 13/21, el Gobierno marroquí ha efectuado grandes plantaciones de hortalizas con el fin de sustituir los existentes cultivos de marihuana.
Asimismo, Marruecos ha puesto en práctica un plan para erradicar la marihuana «Beldía«, una especie de cannabis sativa (efecto energético y eufórico) autóctona de las montañas del Riff. Este plan busca también sustituir la Beldía por una especie índica (relajante) llamada «Critikal».
Lamentablemente este cambio ha dejado graves secuelas en los acuíferos de la zona ya que la Critikal necesita más agua que la Beldía.
Por otro lado, fuera de las políticas internas, el gobierno marroquí participa en diversos convenios internacionales como la Coalición Mundial contra la Amenaza de las Drogas Sintéticas y acuerdos bilaterales con España desde 1987.
Este acuerdo bilateral establece que debe existir un intercambio regular de información y documentos en materia de prevención, propuestas para el desarrollo de políticas experimentales, programas de salud, entre otros.
La posesión de drogas, incluso para el consumo personal, suponen una pena que puede ir desde un mes hasta cinco años de cárcel (esto también depende de si se reincide). De igual manera, el delito de tráfico de drogas puede dar desde cinco hasta 30 años de prisión aunque es posible aplicar penas de libertad condicional.