Tusi, el polvo rosa o cocaína rosada que causa temblor y pánico

El Tusi es un polvo rosa o cocaína rosada es una variante más de las drogas psicoactivas que han aparecido en los últimos años en el mercado. Siempre surgen nuevas modalidades, sobre todo con estas de laboratorio.

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En diciembre de 2022 y 2023, las autoridades de seguridad decomisaron 137 envoltorios de la cocaína rosada o droga rosa que se comercializaban en una celebración en Valencia y en una discoteca en Las Mercedes, Caracas. Una joven contó su experiencia con esta sustancia y los efectos que dejó en su cuerpo.

Andrea despertó sintiéndose mareada, le dolían los ojos, le costó recordar cómo llegó a su cama. Era domingo y había salido de su casa un viernes por la noche. Hizo un repaso mental de los compañeros con los que estuvo, el licor que tomó, la discoteca a la que fue y el polvo color rosa que inhaló por primera vez.

Mientras recordaba sintió una punzada en el pecho, la invadió la angustia y describió estas sensaciones como ansiedad y temblores involuntarios.

Enseguida la asaltaron el miedo y la culpa por consumir esa droga. Supo que no se trataba de una resaca más, sino de que su sistema nervioso respondía a una sustancia extraña. Estuvo luchando con ella misma durante varias horas hasta que tuvo la voluntad suficiente para levantarse. Fue cuando se prometió que nunca más la probaría.

Dos noches anteriores, Andrea fue con sus amigos a una disco caraqueña, donde bailó y bebió licor hasta las 4.00 a.m. Estaba cansada, quería irse a casa, pero sus compañeros la invitaron a un after party. No entendía de dónde sacaban energía y les preguntó; respondieron que era por la droga y la incitaron a probarla.

Y ese fue el primer encuentro de Andrea con la droga rosa, conocida como tusi. “Me la pusieron en la mano, es un polvo rosado que huele a dulces”.

Nunca la había visto, ellas me contaron, pero no era de mi interés, hasta que me la pusieron en la mano, es un polvo rosado que huele bien, no lo volvería a hacer, solo fue en esa ocasión, porque sé cuáles son las consecuencias.

Es joven, tiene 19 años y acaba de recibir su diploma de Técnico Superior Universitario. Trabaja en el área cosmética y su meta inmediata es especializarse en el campo del cuidado personal. Sabe que no puede lograrlo si sigue experimentando la reacción que le produjo consumir tusi. Después de que su cuerpo subió con energía y cayó con ansiedad, la misma sensación que siente una persona en una montaña rusa.

“No lo volvería a hacer, solo fue en esa ocasión, porque sé cuáles son las consecuencias”. Se refirió al miedo que sintió de solo imaginarse adicta a alguna sustancia estupefaciente y que eso le impida continuar con lo que tiene planeado a futuro para su vida.

Dice que no sabe cómo sus amigos obtienen la droga, pero que desde hace un par de años sus compañeras de fiesta la consumen en ambientes nocturnos. Esto parece una contradicción, pero tal vez no quiso afirmarlo por los temores propios de verse envuelta en un terreno peligroso, el que se pisa entre quien vende la droga y quien la compra.

Recuerda que cuando inhaló la droga rosa fue como si le hubieran puesto lentes para ver todo más nítido y comenzó a sentir picos de adrenalina y mucha energía.

Solo quería bailar, sin necesidad de tomar alcohol. Y en ese estado, se fue a la siguiente celebración, que se extendió hasta la noche del sábado. La caída, el arrepentimiento, la angustia, los dolores y el miedo vinieron después.

El “polvo rosa” se creó en un laboratorio en los años 70 | Foto: referencial

50 años de una sustancia que muta

Esta droga, que data de los años 70, quería imitar los efectos del opio, que genera sensaciones de felicidad y euforia, afecta la conciencia y la visión de la realidad. Fue creada por Alexander Shulgin, farmacéutico y químico que investigó los efectos de sustancias psicoactivas.

Estos datos los destacó el coordinador y fundador de la Cátedra Libre Antidrogas del Instituto Pedagógico de Caracas, Hernán Matute, quien asegura que “estas drogas son fabricadas en laboratorios”.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) define sustancias psicoactivas a los compuestos naturales o sintéticos, que actúan sobre el sistema nervioso y generan alteraciones en las funciones que regulan pensamientos, emociones y comportamiento.

Una investigación realizada en 2022 por Insight Crime precisó que la tusi fue creada para inducir en sus usuarios la sensación de euforia que invade a los consumidores de la droga MDMA (éxtasis) y las distorsiones visuales del LSD.

Pertenece a un grupo amplio de fenetilaminas alucinógenas nombrado familia 2C B, C y D. Estas variantes fueron prohibidas en los años 90, pero el 2C tipo B comenzó a expandirse por el mercado de las drogas. De aquí la traducción fonética “tu si” conocida en otros países como “tu si bí”, por sus siglas en inglés.

La popularidad llegó cuando alguno de sus distribuidores mezcló el polvo con colorante para postres de color rosa, que, además, se caracteriza por su olor a golosinas, según detalló el trabajo de Insigth Crime.

El polvo rosa en Venezuela

En marzo de 2023, funcionarios de la Dirección contra la Delincuencia Organizada de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) allanaron un local nocturno que goza de popularidad entre jóvenes caraqueños, ubicado en Las Mercedes. Ese procedimiento fue el resultado de una labor de inteligencia que hicieron policías al enterarse de que en esta discoteca se comercializaba “una peligrosa y desconocida droga”, como lo definieron entonces.

En el lugar decomisaron 80 envoltorios de tusi, 140 pastillas de anfetaminas, 21 envoltorios de cocaína, 9 de marihuana y 4 frascos de rush, conocido como popper, una droga que también se inhala y provoca una sensación de euforia.

Funcionarios detuvieron a cuatro hombres y seis mujeres, presuntos vendedores de las sustancias. En el procedimiento no se especificó si los aprehendidos laboraban en la discoteca o eran visitantes, tampoco sus identidades.

En diciembre de 2022, funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), adscritos a la delegación municipal de Valencia, estado Carabobo, detuvieron a 22 personas durante una celebración privada en un salón de fiestas de la urbanización Guataparo. En el lugar decomisaron 57 envoltorios de tusi, también éxtasis y marihuana.

Los vecinos alertaron a la policía sobre esta fiesta comercializada a través de una cuenta en Instagram llamada “La Ksa”, que promocionaba reuniones en el estado Carabobo. La cuenta, que tenía más de 17.000 seguidores, dejó de publicar el 6 de diciembre de 2022.

La policía científica también detuvo en febrero de 2023 a uno de sus detectives, Héctor Lugo Rondón, de 30 años, por comercializar tusi en La Guaira. Al funcionario lo apresaron en la avenida Los Corales cuando se disponía a distribuir la sustancia en playas de la zona.

En diciembre hubo una fiesta en Valencia, en la que cuerpos de seguridad decomisaron esta droga | Foto: cortesía

Lo no tan rosa

Un gramo de la droga rosa o tusi se vende en Caracas en 40 dólares, comentó una fuente policial. En España, el gramo oscila entre 80 y 100 euros. Estos montos pareciera que la hacen inaccesible y por eso desencadenan otros delitos, si se toma en cuenta que el ingreso promedio de un venezolano trabajador no llega a 20 dólares al mes.

Otro de los puntos es que, quienes la distribuyen y venden, tienen claramente identificados a sus clientes potenciales y espacios de reunión.

Por eso, Eduard y Rodrigo, dos jóvenes de 18 y 21 años, que hablaron con El Pitazo, saben que la droga rosa está, principalmente, en locales nocturnos o encuentros y reuniones donde hay fiesta, baile y alcohol.

Rodrigo frecuenta discotecas de la capital del país y asegura que, desde el operativo y detención de personas en el local de Las Mercedes, hay más restricciones para ingresar a estos sitios.

Los porteros se dedican a revisar minuciosamente a los clientes. “Meten las manos en los bolsillos, a veces me han mandado a quitar los zapatos”. Pero, esto no lo hacen a todos porque, asegura, en el interior de los lugares “siempre venden drogas” e incluso fue testigo de varias transacciones de tusi en los baños.

Dice que no le interesa consumir ni esta ni otra droga. No lo ha hecho nunca. Su desinterés lo atribuye a las constantes alertas que recibió de su padre desde su adolescencia.

Eduard tiene otra motivación y contó que consumir tusi está en su lista de cosas por hacer. No fuma, solo bebe cerveza, pero quiere probar el polvo rosa.

“Sé que en los locales nocturnos es complicado, por eso es que cada día son más populares las fiestas que se organizan en casas. Me han invitado a varias privadas en las que se ofrece esta y otras drogas, son lugares libres donde todo se puede hacer”.

El riesgo de las adicciones

De la transición del consumo “por recreación” a la adicción, la psicóloga e integrante del Colegio de Psicólogos del Distrito Capital, Rosanna Rivero, explicó que “no todas las drogas tienen la misma respuesta neuroquímica del cerebro; en el caso de la tusi, su consumo sirve para generar una falsa euforia de valentía y poderío”.

Según la especialista, en las horas que duran los efectos, la persona atraviesa un período de despersonalización, un estado psíquico experimentado por algunos enfermos mentales, que se sienten extraños a sí mismos, a su cuerpo y al ambiente que los rodea.

“El enganche se da cuando se asocia el disfrutar con el consumo. Ya el disfrute no es compartir con los amigos una fiesta, sino usar drogas”, indicó.

Rivero expresó que es objeto de estudio el hecho de que el consumo de tusi esté relacionado con algún tipo de estatus y la sensación de poder que da consumir una sustancia comercializada como exclusiva. “Es una sensación de confort que nada tiene que ver con bienestar, estado de salud, ni disfrute”.
Puntualizó que el riesgo inmediato es un estado de vulnerabilidad al consumir durante un evento de este tipo (fiesta, discoteca). Además de las consecuencias neurológicas que desatan las adicciones y que, en ocasiones, terminan en muerte por sobredosis.

Un estudio realizado por el Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas de Perú, refiere que las personas que consumen drogas enfrentan transformaciones de los circuitos neuronales y, por tanto, de la bioquímica cerebral: dopamina, serotonina, noradrenalina y endorfinas.

“Estas transformaciones provocan cambios predominantes en el cerebro que regulan la conducta humana. Las consecuencias se advierten desde la pérdida de control de los impulsos, cambios de comportamiento y pensamiento hasta la aparición de cuadros de desmotivación y desinterés por todo”, se puntualizó en el informe.

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