Una grabación secreta ahonda la crisis del gobierno de Canadá

Durante casi 18 minutos, Wilson-Raybould, entonces ministra de Justicia y fiscal general del Estado, discute con el poderoso secretario del Consejo Privado Real de Canadá, Michael Wernick, sobre el caso de la firma constructora SNC-Lavalin.

La revelación de un audio de una explosiva conversación, entre otros documentos sobre un supuesto caso de interferencia política, agravó hoy la crisis del Gobierno del primer ministro canadiense, Justin Trudeau.

La grabación y los documentos fueron entregados hoy por la hasta hace poco ministra de Justicia de Trudeau, Jody Wilson-Raybould, al Comité de Justicia del Parlamento que investiga las acusaciones de que el primer ministro intentó interferir políticamente en un caso criminal.

Durante casi 18 minutos, Wilson-Raybould, entonces ministra de Justicia y fiscal general del Estado, discute con el poderoso secretario del Consejo Privado Real de Canadá, Michael Wernick, sobre el caso de la firma constructora SNC-Lavalin.

La empresa, la mayor constructora de Canadá y que está acusada de corrupción, pretende que la Fiscalía le ofrezca un acuerdo de enjuiciamiento diferido que le permita evitar una condena que prohibiría su participación en contratos públicos federales en Canadá durante 10 años.

Pero la directora de enjuiciamientos de la Fiscalía se negó a ofrecer el acuerdo a SNC-Lavalin, por lo que Trudeau y otros ministros del Gobierno solicitaron a Wilson-Raybould que, como fiscal general del Estado, presionase para modificar la decisión.

Wernick, director del Consejo Privado Real de Canadá, es un funcionario público independiente que asesora al primer ministro en temas de seguridad nacional y facilita el enlace entre el primer ministro y el Gabinete.

En diciembre del año pasado, Wernick telefoneó a Wilson-Raybould para transmitirle el interés de Trudeau en que SNC-Lavalin consiguiese el acuerdo de enjuiciamiento diferido.

Una y otra vez, Wernick intentó convencer a Wilson-Raybould de que cambiase la decisión de la directora de enjuiciamientos de la Fiscalía. Y, una y otra vez, la entonces ministra señaló que no era posible porque es una oficina independiente que no puede ser influenciada políticamente.

«Bueno, bien, voy a tener que informarle antes de que se vaya. Está bastante convencida sobre esto así que estoy un poco preocupado», le dice Wernick a Wilson-Raybould en la grabación. «Bueno, no es una buena idea que el primer ministro y su fiscal general estén en desacuerdo»

Cuando la todavía ministra pregunta por qué está preocupado, Wernick responde: «Bueno, no es una buena idea que el primer ministro y su fiscal general estén en desacuerdo».

Wilson-Raybould insiste: «Estoy intentando proteger al primer ministro de interferencia política, o de la percepción de interferencia política o lo que sea».

En busca de «acuerdos»

En otro momento de la conversación, Wernick afirma que Trudeau quiere el acuerdo «de una forma u otra» y que para él «es realmente importante» porque la condena criminal de SNC-Lavalin podría suponer la pérdida de empleos.

Por su parte, Wilson-Raybould expresa su «incomodidad» con la conversación y añade que esta y otras mantenidas con Trudeau y sus asesores «son totalmente inapropiadas. Es interferencia política».

La grabación y los documentos presentados hoy por Wilson-Raybould ahondan la creciente crisis política en la que está inmerso Trudeau desde que en enero apareció el primer artículo de prensa sugiriendo la intervención del primer ministro para favorecer a SNC-Lavalin.

Desde entonces han dimitido dos ministras, incluida Wilson-Raybould, en protesta por las acciones de Trudeau y su entorno, además del principal asesor del primer ministro, Gerald Butt, y el propio Wernick.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha expresado su preocupación por las acusaciones de interferencia. Y ha recordado a Trudeau que Canadá firmó en 1999 la Convención Antisoborno de la OCDE, lo que compromete al país norteamericano a cumplir el tratado, «que requiere la independencia de enjuiciamiento en casos de soborno en el extranjero».

Mientras, en Canadá, el principal partido de la oposición, el Partido Conservador (PC), ha solicitado la dimisión de Trudeau. El escándalo amenaza la victoria de los liberales y la reelección de Trudeau en las próximas elecciones, previstas para octubre de este año.

La última encuesta, dada a conocer el jueves por la firma Ipsos para la cadena de televisión Global News, constató que la popularidad de Trudeau se ha desplomado en las últimas semanas y los conservadores están por delante con un 40 % de la intención de votos frente al 30 % de los liberales.

ALD/EFE

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