Clare Bronfman, del imperio de bebidas Seagram’s, se ha declarado culpable de varios delitos relacionados con la financiación de la organización liderada por Keith Raniere
La ronda de declaraciones previas al juicio contra la secta sexual Nxivm continúa y los tentáculos del grupo liderado por Keith Raniere son más alargados de lo que en un principio parecían. Si la semana pasada, Allison Mack, la actriz de «Smallville» se declaró culpable de los cargos de crimen organizado y conspiración para el crimen organizado dentro de Nxivm, el pasado viernes, la rica heredera del imperio de bebidas Seagram’s hizo lo mismo. Clare Bronfman se declaró culpable de un delito de asociación con la secta de Raniere para ocultar y albergar inmigrantes indocumentados con fines de lucro, y falsificación de identidad. Al aceptar los cargos que se les imputaban, tanto Mack como la hija del difunto Edgar Bronfman evitarán declarar en el juicio, que comenzará el próximo 7 de mayo con Raniere como único acusado.
Según indicó un portavoz de la fiscalía de Brooklyn a la agencia de noticias AFP, Bronfman se enfrentaría a una pena de 25 años de cárcel, pero las recomendaciones prevén en su caso que la condena acabe siendo de dos años. Junto a su hermana Sara, a Bronfman se le acusa de haber aportado a la secta 100 millones de dólares de la fortuna familiar. Así, la heredera habría financiado demandas ante la justicia contra sus presuntos enemigos, utilizado falsas identidades para acceder a datos informáticos y ayudado a Raniere a utilizar la tarjeta de crédito de una examante que había fallecido. La sentencia será conocida el 25 de julio.
Bronfman fue detenida en julio de 2018. Su nombre aparecía en el directorio de Nxivm, la organización fundada por Keith Raniere, acusado de haber tenido durante varios años un círculo de 15 a 20 mujeres que obedecían sus deseos sexuales. Las «esclavas» de la secta Nxivm, situada en Albany, la capital del estado de Nueva York, eran tatuadas a fuego vivo con un símbolo donde aparecían las iniciales de Raniere. Las víctimas eran inmovilizadas por otras mujeres y las sesiones eran filmadas. Entre ellas se encontraba India, la hija de la actriz de «Dinastía» Catherine Oxenberg, que emprendió una búsqueda junto a su madre, Isabel de Yugoslavia, para encontrar a la joven, de quien no sabían nada desde hacía dos años. El testimonio de cómo salvó a su hija, lo recogió Oxenberg en un libro.
Relaciones sexuales con el «maestro»
Desde que comenzaron las acusaciones contra Nxivm y comenzaron varias madres de las víctimas a movilizarse, Raniere estaba en paradero desconocido. Finalmente fue arrestado a finales del verano pasado por tráfico sexual a través de varios programas de autoayuda que llevaba realizando los últimos 20 años a través de la organización. Además de centros en Estados Unidos, tenía delegaciones en México, Canadá y Sudamérica. A través de esos cursos, que duraban cinco días y costaban 5.000 euros, Raniere conseguía que sus alumnas acabasen endeudándose con Nxivm y que terminasen así trabajando para ellas.
Una de las misiones de las esclavas era tener relaciones sexuales con el «maestro». Además, todas ellas debían reclutar a otras chicas para ir subiendo puestos en la organización. De hecho, Allison Mack intentó que su compañera de profesión Emma Watson asistiera a algunos de los cursos de autoayuda. También se lo propuso a la cantante Kelly Clarkson. Ambas declinaron las propuestas. Quien sí la aceptó fue una compañera de reparto de «Smallville», Kristin Kreuk, a quien acusaron también de pertenecer a la organización. La actriz lo desmintió en la corte y también emitió un comunicado a través de sus redes sociales, donde afirmó que asistió a varios cursos para superar su timidez, pero no volvió. También aseguró que durante aquellas sesiones no apreció nada extraño entre las alumnas o personal de Nxivm.