Una reciente investigación publicada por Wall Street Journal revela cómo China ha sido clave en el negocio del fentanilo. No solo como proveedor de ingredientes para la fabricación de la droga, sino que también como una lavandería del dinero «sucio» procedentes de las ventas ilegales de la misma.
El nuevo hallazgo, que afirman al medio funcionarios estadounidenses, pone en manifiesto que los corredores de dinero chinosse están asociando con cárteles mexicanos para «engrasar las ruedas del comercio de fentanilo». Un escenario que complica aún más la lucha de Estados Unidos contra la crisis de opioides.
Según funcionarios de la Administración de Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés) han identificado esta actividad como parte de una red más amplia donde los corredores de dinero de China se convierten en socios de cárteles de drogas mexicanos, «facilitando el flujo de dinero sucio a través de múltiples transacciones que lo convierten en efectivo legítimo».
El modus operandi de la ‘lavandería’ chin
El modo de operar que identificó la DEA, basado en los informes de la ‘Operación Fortune Runner’, trata que los corredores de dinero, que operan desde las sombras, utilizan intermediarios para recoger las ganancias del narcotráfico. A través de plataformas como WeChat, estos corredores ofrecen dólares a clientes chinos que desean invertir en bienes raíces o realizar transacciones financieras en Estados Unidos. El resultado es que los narcotraficantes obtienen dinero «limpio», mientras que las autoridades norteamericanas luchan por desmantelar esta compleja red.
El proceso de lavado de dinero involucra una serie de transacciones que convierten el efectivo obtenido de la venta de fentanilo en yuanes y viceversa. Esto permite a las redes criminales asociadas blanquear sus ganancias y reinvertir en sus operaciones, complicando aún más los esfuerzos de las autoridades para cortar el flujo de dinero y drogas.
La investigación de la DEA culminó en la acusación de 24 personas, involucrando más de 50 millones de dólares, 47,9 millones de euros al cambio, en ganancias del tráfico de drogas. Esta colaboración entre cárteles mexicanos y corredores de dinero chinos representa un desafío significativo para las autoridades estadounidenses, que han centrado sus esfuerzos en interrumpir el flujo de fentanilo y sus precursores, sin abordar a fondo el lavado de dinero.
Las declaraciones de los funcionarios de la DEA que dan vida a la investigación revelan la magnitud del problema, estimando que las ventas globales de esta droga alcanzan entre 500.000 y 750.000 millones de dólares anuales, con una porción considerable de este dinero blanqueada por redes chinas.
Por su parte, el gobierno de China ha desestimado las acusaciones, sugiriendo que «la raíz de la crisis del fentanilo se encuentra en Estados Unidos y que la cooperación es fundamental para abordar el problema».
En esta línea, la Embajada de China en México pidió al Gobierno de EEUU dejar de culpar, calumniar y difamar a otros países por la crisis de consumo de esa droga en el país gobernado por Trump.
«Hemos tomado nota de que recientemente, la Embajada de los Estados Unidos en México criticó en su cuenta de X que los precursores del fentanilo de EEUU provienen de China, con lo cual está echando culpa a país ajeno«, apuntó en un comunicado la Embajada de China en México. «China es uno de los países con las políticas antidrogas más estrictas y más rigurosamente implementadas en el mundo», añadió la entidad diplomática.
Pese a que las autoridades norteamericanas han realizado una enorme campaña para frenar este problema de salud pública, este tipo de sistemas de lavado de dinero que utilizan los cárteles de drogas, y que son facilitados por corredores de dinero chinos, permite que estas organizaciones criminales mantengan sus operaciones activas.
La venta de ingredientes de fentanilo por criptomonedas
Mientras esto ocurre en el negocio de esta droga, se abre otro eje que obstaculiza los esfuerzos por frenar la producción de fentanilo. Y es que, que los productores químicos en China han comenzado a aceptar criptomonedas como forma de pago, facilitando aún más el acceso a estos ingredientes peligrosos.
Este hostíl escenario no solo de trata de una cuestión de suministro, sino un sistema oscuro de lavado de dinero que permite a los cárteles de drogas operar con cierto grado de «impunidad» en un negocio que no para de crecer en el país norteamericano.