La organización Business Roundtable reúne a los presidentes ejecutivos de 181 de las mayores corporaciones de Estados Unidos, desde Amazon hasta Xerox, pasando por las mayores empresas de comercio minorista (Walmart), tecnología (Apple), energía (Exxon Mobil), telecomunicaciones (AT&T), automóviles (Ford), finanzas (JP Morgan Chase), entre muchas otras.
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Los líderes de estas empresas divulgaron una declaración en la que asumen un cambio de visión radical sobre el objetivo de sus corporaciones, rompiendo con la política que mantenían desde hace más de 20 años, la cual privilegiaba la maximización de los beneficios de los accionistas por encima de cualquier otra consideración.
A partir de ahora, su propósito se ampliará con la mirada puesta en favorecer también a los empleados de las compañías, a sus clientes y a las comunidades en las que operan.
La lucha por los beneficios
Desde 1978, Business Roundtable publica declaraciones sobre los principios del gobierno corporativo y en todos esos documentos divulgados desde 1997 se ha respaldado el concepto de «primacía del accionista».
Esta visión se puso en boga en la década de 1970, alimentada en gran medida por la doctrina elaborada por el reconocido y controversial economista Milton Friedman, de la Universidad de Chicago, quien en un artículo publicado en The New York Times señaló sin ambages que «la responsabilidad social de una empresa es generar sus ganancias».
«En un sistema de libre empresa y propiedad privada, un ejecutivo corporativo es un empleado de los dueños de la compañía. Tiene una responsabilidad directa con sus empleadores».
«Esa responsabilidad es hacer negocios de acuerdo con sus deseos, los cuales generalmente serán hacer tanto dinero como sea posible mientras cumple con las normas básicas de la sociedad, tanto aquellas incorporadas en las leyes y aquellas encarnadas en las costumbres éticas», escribió Friedman.
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La propuesta del economista llegaba en un momento en el que las empresas en Estados Unidos ofrecían generosos planes de retiro para sus empleados y hacían importantes donaciones a las comunidades pero los directivos eran criticados por trabajar más en su propio beneficio que en el de los accionistas.
Entonces, se produjo el giro que llevó a la era de la primacía de los accionistas, durante la cual la política corporativa se ha centrado en maximizar las ganancias a costa de la reducción de los beneficios de los empleados así como de cualquier otro «gasto improductivo».
Para garantizar que estos cambios se produjeran, las compañías establecieron además programas de incentivos en los cuales los bonos de sus altos ejecutivos dependen de los dividendos que produzca la empresa a corto plazo.
Pero si las ganancias de las grandes empresas aumentaron, también lo hizo su mala imagen pública.
La apuesta a largo plazo
En su nueva posición sobre el objetivo de sus corporaciones, el Business Roundtable se compromete con cinco puntos concretos:
- Entregar servicios o bienes de valor a sus clientes.
- Invertir en sus empleados y compensarlos de forma justa.
- Negociar de forma justa y ética con los proveedores.
- Apoyar a las comunidades en las que están asentadas las empresas.
- Generar rentabilidad de largo plazo para los accionistas.
Jamie Dimon, jefe del Business Roundatble y presidente ejecutivo del banco JP Morgan Chase, destacó que este giro está vinculado con una visión de sostenibilidad a lo largo del tiempo.
«El sueño americano está vivo pero se está deshilachando. Los grandes empleadores están invirtiendo en sus trabajadores y en sus comunidades porque saben que esa es la única vía para ser exitoso en el largo plazo».
BBC