Destapan en El Salvador más escándalos del brazo largo de la corrupción chavista

La diplomacia petrolera de Hugo Chávez le dio al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN, un piso económico que le abrió espacio para su expansión política, pero también para múltiples manejos irregulares que están bajo la lupa de la justicia. Ahora el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, promete seguir el rastro de estos fondos mientras las investigaciones por lavado de dinero avanzan.

Se conoció que tres altos ejecutivos venezolanos de ALBA Petróleos de El Salvador fueron expulsados de ese país por no contar con los permisos de trabajo respectivos, según informó la Dirección General de Migración y Extranjería salvadoreña.

Al efectuar una inspección en las oficinas administrativas en la empresa los funcionarios de migración solicitaron los documentos de viaje y las autorizaciones correspondientes a los venezolanos, y detectaron “que no cumplían con los requisitos para ejercer funciones en territorio salvadoreño”.

El reporte oficial indica que se impusieron multas “tanto a la empresa contratista como a los colaboradores que percibían sueldos entre los 5.000 y 8.500 dólares además del arrendamiento de viviendas en la Residencial Garden Hill ubicada en el municipio de Nuevo Cuscatlán y el suministro de vehículos particulares”.

La noticia vuelve a encender los reflectores sobre esta empresa venezolana, constituida por Hugo Chávez como parte de su diplomacia petrolera para consolidar alianzas estratégicas y darle soporte a la izquierda en la región, cuya historia ha estado plagada de manejos irregulares y que ha servido como un instrumento con fines políticos en El Salvador.

La empresa nació en 2006 con 60% de su capital en manos de PDV Caribe (filial de Petróleos de Venezuela, PDVSA) y 40% de la Asociación Intermunicipal Energía para El Salvador (Enepasa), compuesta por alcaldías lideradas por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

Según un informe elaborado por Transparencia Venezuela, a partir de 2006 ALBA Petróleos de El Salvador abrió estaciones de servicio en los municipios del FMLN que conforman Enepasa, vendiendo gasolina a precios más bajos que la competencia extranjera. Por cada galón de combustible que fue vendido por ALBA Petróleos se decidió destinar dos centavos a programas sociales que serían implementados en los municipios del FMLN, financiando la construcción de redes eléctricas, sistemas de acceso a agua potable, becas de estudio, servicios de salud y otros beneficios. “Esto permitió al FMLN financiar sus actividades sociales y políticas en sus municipios para afianzar su poder y popularidad”.

El FMLN consiguió en ALBA Petróleos y la alianza con Petrocaribe una vía para su dominio político, hasta que la crisis venezolana comenzó a hacer mella en sus planes.

De hecho, esta misma semana se supo que como garantía de pago por una deuda el FMLN usó a Termopuerto Sociedad Anónima, empresa vinculada a ALBA Petróleo. La deuda, por unos 2,6 millones de dólares, la contrajo el FMLN como anticipo de la Hacienda Pública salvadoreña para el desarrollo de su campaña en la contienda electoral de febrero. Pero la derrota en las urnas le complicó el panorama al FMLN, que para honrar el compromiso recurrió a una fianza con Seguros del Pacífico poniendo en prenda a Termopuerto.

Nayib Bukele, presidente de El Salvador, señaló que la aseguradora ya formalizó el pago a Hacienda como fiador porque el FMLN le incumplió el contrato y, por lo tanto, la empresa abrió un compás de 30 días para recibir una compensación o de lo contrario “embargarán la garantía: Termopuerto, una empresa de energía”.

A través de Twitter, Bukele explicó que cuando Termopuerto fue inaugurada “dijeron que era una compañía de capital guatemalteco y que fueron necesarios 100 millones de dólares para montarla”. Si es así, señaló el mandatario, cabe preguntar “¿por qué una empresa multimillonaria de ‘capital guatemalteco’ se pone de garantía para una deuda del FMLN?” y, si es dinero de ALBA, “entonces el FMLN violó la ley, ya que el Gobierno venezolano no puede financiar partidos políticos de El Salvador”.

Aseguró que buscará “la trazabilidad de cada centavo” del FMLN ligado a esta operación, porque “una cosa es deber dinero (…), otra es el lavado de dinero”.

Ahondando sobre el tema, en declaraciones a los medios, Bukele dijo que hay dos opciones: o el FMLN no quiere pagar “porque están acostumbrados a quedarse con lo que no es de ellos o no quieren traer ese dinero porque no quieren declarar de dónde viene”.

Las conexiones

El entramado de negocios que se tejió alrededor de ALBA Petróleos de El Salvador contó con la figura clave de José Luis Merino, conocido como el comandante Ramiro Vásquez, líder del FMLN, que es quien aparece en la lista de funcionarios vinculados con narcotráfico, blanqueo y corrupción emitida por Estados Unidos. En abril pasado Merino fue incluido en dicha lista por el presunto desvío de 400 millones de dólares desde compañías ficticias a cuentas offshore.

Antes de que esto ocurriera ya varios senadores estadounidenses le habían pedido al Departamento del Tesoro investigar a Merino por sus “relaciones de varios años con redes de crimen organizado transnacionales, que son objetivo de investigación en Estados Unidos por tráfico de cocaína y lavado de dinero”.

En estas conexiones del comandante Ramiro Vásquez participa su hermano Sigfredo Ismael Merino, también señalado de forma directa por las autoridades de EEUU, quien ha estado en el tren directivo de Termopuertos, compañía que forma parte de las investigaciones que adelanta la Fiscalía General de El Salvador sobre ALBA Petróleos por lavado de dinero.

A propósito de esto, en mayo pasado, la Fiscalía allanó 26 oficinas ligadas a las operaciones venezolanas en El Salvador, muchas de ellas parte del llamado conglomerado ALBA, como son ALBA Petróleos, Gasohol, Centro de Investigaciones Científicas de ALBA Petróleos, Consultores Técnicos Empresariales, Energía Orgánica, Renova Energy, Transportes Velmont, Precocidos de El Salvador, Maya Green Power, ALBA Alimentos de El Salvador, ALBA Gas, Asociación Instituto Schafick Jorge Handal, Coordinadora y Asesora de Proyectos, Diagrin, Enepasa, Fundación ALBA Petróleos de El Salvador, Gaubri Group, Inversiones Flolat, Inversiones Valiosas, SAG, Termopuerto Limitada, Tu Financiera de RL y Fibras de El Salvador.

Si bien las investigaciones en torno a José Luis Merino comenzaron en 2014, el entonces presidente de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén (del FMLN), terminó sumándolo a su gabinete como viceministro de Inversión Extranjera y Financiamiento para el Desarrollo en la Cancillería, lo que le brindó inmunidad. Pero ahora con Nayib Bukele en la Presidencia todo parece haber cambiado.

Múltiples empresas, deudas millonarias

Una investigación del periódico salvadoreño El Faro mostró que, a 2014, ALBA Petróleos había concedido préstamos a personas naturales y jurídicas por cerca de 90 millones de dólares. Destaca el hecho de que entre los nombres asociados a las empresas beneficiarias “se puede trazar una línea recta o una sinuosa hasta ALBA Petróleos o hasta el partido FMLN y su máxima dirigencia”. El cruce de datos en unas 16 compañías puede “llevar al José Luis Merino dirigente del partido FMLN o bien al José Luis Merino asesor de ALBA Petróleos”.

A 2016, últimas cifras disponibles, ALBA Petróleos tenía una deuda por 1.113 millones de dólares, donde se cuentan cerca de 900 millones comprometidos con Venezuela en buena medida por los acuerdos de Petrocaribe, en cuyos términos se estipulaba el pago monetario de 60% de la factura con facilidades a 20 años, y el resto se cubría con productos agrícolas o manufacturados.

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