Colombiano lavó más de 10 millones de francos del narcotráfico en Suiza

Un habitante del cantón de Vaud está acusado de reciclar 10 millones de francos en Suiza procedentes de una organización criminal colombiana de traficantes de drogas. Ya condenado en España, el hombre comparecerá ante la justicia junto con dos intermediarios activos en la plaza financiera helvética.

Antilavadodedinero / swissinfo.

Radiólogo, emprendedor en el campo de la medicina nuclear, vendedor de autos, consultor bursátil, agente inmobiliario, comerciante de caballos y estatuillas precolombinas: eran muchas las actividades que Rodrigo* aseguraba realizar para justificar su fortuna.

Para el procurador federal Davide Francesconi, sin embargo, su actividad era solo una: blanqueo de dinero. El 16 de agosto, el hombre – de 74 años, nacido en Colombia y poseedor de un pasaporte suizo -, comparecerá ante el Tribunal Penal Federal (TPF). El Ministerio Público de la Confederación (MPC) lo acusa de haber lavado varios millones de francos procedentes de una organización criminal internacional.

El caso es doblemente significativo: por un lado, porque es la primera vez que el crimen organizado colombiano llega a la sala de audiencias de Bellinzona; por otro, porque la investigación también señala con el dedo a algunos actores de la plaza financiera suiza. Junto a Rodrigo irán a juicio dos gestores de activos patrimoniales que habrían contribuido a inyectar dinero sucio en el circuito bancario.

De Colombia al campo de Vaud, vía Madrid

La investigación, cuyo nombre en código es Faena, se inició en 2013. La policía de Vaud sospecha del hombre que se mudó en 2010 a un pequeño pueblo cercano a Yverdon-les-Bains. Una villa de 2,3 millones de francos a nombre de su esposa, tres vehículos de alto cilindraje, un barco por valor de más de 125 000 francos anclado en el lago de Neuchâtel: ¿de dónde viene todo este dinero?

En octubre de 2013, las autoridades de Vaud ponen en aviso al procurador federal que poco después abre una investigación. Una solicitud rogatoria a las autoridades españolas fortalece las sospechas: en 2009 Rodrigo fue condenado en Madrid por haber blanqueado 32 millones de euros para un grupo de narcos al que pertenecía. Para la justicia española, el hombre no solo era responsable del tráfico financiero de la organización, sino que también participó en la importación de drogas.

Por lo tanto, Rodrigo es puesto bajo vigilancia hasta su detención en junio de 2014. El hombre es liberado cinco meses después, pero la investigación continúa hasta 2020 cuando el MPC traslada la acusación al TPF. Pudimos consultar ese documento, del que surgen los detalles de una investigación de la que nada había sido revelado hasta ahora.

Empresas tapadera y cuentas en Suiza

Para la fiscalía, el dinero presuntamente blanqueado en Suiza proviene de las actividades delictivas por las que Rodrigo fue condenado en España. Dinero que había estado oculto en el momento de la investigación española también a través de algunas inversiones inmobiliarias realizadas por sociedades offshore (extraterritoriales) controladas por su esposa. Ya en 2003, el hombre había comenzado a construir su red financiera en Suiza, a través de cuentas a nombre de su cónyuge, hijos o empresas fachada en Suiza (Lausanne Finances SA, Zug Finanzen AG). Cuentas que fueron alimentadas con depósitos en efectivo y en cheques, y operaciones de compensación.

Tras su condena en España, Rodrigo se instala en el cantón de Vaud donde abre una consultora domiciliada en el bufete de un abogado de Yverdon. Para los investigadores federales se trata de una “empresa de buzón utilizada para justificar sus ingresos en Suiza”. En realidad, el dinero proviene de lo que había logrado ocultar en España, donde lo habían declarado insolvente. Una prueba contundente es el botín encontrado durante un registro realizado a petición suiza en un inmueble cerca de Madrid, propiedad de la esposa: en una caja fuerte se hallaron 3,7 millones de euros en efectivo. Ya habían sido inyectados otros 3,8 millones en las cuentas bancarias suizas controladas por Rodrigo.

Mensajeros improvisados y cómplices en el banco

Para hacer llegar a Suiza el dinero escondido en España, el hombre contrataba a mensajeros que hacían el trayecto en coche. Entre ellos estaba su vecino, un osteópata de Vaud que transportó 200 000 francos a cambio de una comisión y que fue atrapado y condenado por blanqueo de capitales en 2014. En total, se transfirieron 1,2 millones de euros con ese sistema.

Una vez en Suiza, el dinero debía ser introducido en el circuito bancario. Y ahí entran en escena los dos coacusados: Jaime y Alfredo*, ambos gestores de activos patrimoniales. El primero se encargaba de las cuentas abiertas por Rodrigo en el CIC Bank de Friburgo, de cuya dirección era miembro. En 2013 dejó el banco para trabajar en la financiera de la que era director y a través de la cual continuó administrando el dinero de Rodrigo. El segundo era el responsable del mercado español del banco PHZ de Zúrich, del que tenía la condición de director, y manejaba las cuentas de las empresas colombianas. Para la parte acusadora, los dos hombres contribuyeron al blanqueo de al menos dos millones de francos cada uno. Su posición se ve agravada por el hecho de que, estando activos en sociedades sujetas a la ley federal sobre el blanqueo de dinero, habrían debido exigir “garantías”.

Para el fiscal federal Davide Francesconi, es imposible pensar que no conocían, o al menos no sospechaban del origen criminal del dinero que les entregaba Rodrigo. Las cuantiosas sumas en efectivo, el uso de lenguaje codificado, la naturaleza de las operaciones de compensación, la falta de documentación acreditativa: todo daba lugar a sospechas que, sin embargo, no fueron señaladas ni verificadas. Jaime – quien desde 2011 conocía la condena de Rodrigo en España – también habría participado en dos viajes clandestinos (uno de los cuales falló) contratando a su primo como mensajero.

Las solicitudes de sanciones se formularán durante los debates. Para los tres la presunción de inocencia es válida. El abogado de Rodrigo rechaza el cargo de lavado de dinero, pero admite la falsificación de documentos. La defensa de Jaime también rechaza los cargos por lavado de dinero. Los abogados de Alfredo aún no nos han respondido.

Lavado de dinero: diferentes organizaciones, mismos métodos

No hay muchos detalles sobre la infiltración del crimen organizado colombiano o latinoamericano en Suiza. La Procuraduría Federal no da detalles y poco o nada surge de los archivos legales. Por ello, la investigación de Faena puede considerarse una absoluta novedad. Lo que no es nuevo, sin embargo, es la forma en que se habría blanqueado el dinero de los narcos en la Confederación.

Transacciones en efectivo, sociedades extraterritoriales, prestanombres en la familia, depósitos de cheques, compras inmobiliarias y complicidad de financieros inescrupulosos. Las actividades reprochadas a Rodrigo se asemejan mucho al modus operandi utilizado en el pasado por otras organizaciones criminales presentes en Suiza, desde la mafia búlgara hasta la ‘Ndrangheta calabresa.

Un primer punto en común es la transferencia de efectivo desde el extranjero a Suiza. La contratación del vecino de Vaud (posteriormente condenado) para el transporte de dinero en efectivo de España a Suiza recuerda el caso del rey búlgaro de la cocaína, Evelin Banev. De hecho, el presunto lugarteniente del jefe en Suiza había contratado a su empleador del Valais para que hiciera el viaje. También en ese caso el hombre fue descubierto y condenado por la justicia suiza.

Los búlgaros invertían su dinero sucio en propiedades inmobiliarias en Suiza o lo inyectaban en el sistema bancario mediante depósitos en efectivo en cuentas abiertas a nombre de las esposas de los jefes o empresas extraterritoriales. La investigación también evidenció la responsabilidad del mundo financiero: Credit Suisse y uno de sus exempleados están de hecho acusados en este asunto que debería conducir a un juicio en 2022.

También se puede hacer una comparación con el caso del supuesto banquero de la ‘Ndrangheta condenado por el TPF a finales de 2017. El hombre se había mudado a Suiza para lavar el dinero de la organización.

Ocupaba puestos ficticios en sociedades pantalla en el Tesino y hacía transitar grandes cantidades de dinero en efectivo en cuentas bancarias a nombre de empresas extraterritoriales o de familiares de miembros de la organización. Igualmente había comprado una propiedad comercial en Chiasso. También en ese caso, el hombre pudo contar con un intermediario financiero suizo, condenado por lavado de dinero.

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